Si pensamos en un plazo
fijo, cubierto por el Fondo de Garantía de Depósitos, con una retribución del
1% anual, si a esta le sustraemos el efecto de la inflación y el coste fiscal, puede
ser que la rentabilidad sea insuficiente no solo para incrementar el valor del
ahorro sino para mantenerlo.
Pero, como
contrapartida, acceder a mayores rentabilidades que permitan incrementar el
valor de la inversión abrirá la puerta del riesgo y de la menor liquidez, y
dificultará que el inversor pueda conocer el instrumento financiero que se le
ofrece en toda su extensión. Las tres variables básicas mencionadas, rentabilidad, riesgo y liquidez, no son independientes, sino que existe una relación entre ellas.
Es lo cierto que con un
entorno económico circundante deprimido, las posibilidades para el inversor de
beneficiarse de la bonanza en otras regiones del planeta, incentivará, durante
los años venideros, un trasvase del tradicional ahorro bancario hacia otras
formas de inversión más sofisticadas y de mayor riesgo.
Lo intuíamos, pero este
trasvase del dinero depositado en los bancos hacia la adquisición de
participaciones en fondos de inversión ya es una realidad.
El último Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España (05/2015) da cuenta de la nueva
situación, que se ha venido gestando en los últimos años: “En el año 2014 ha
continuado el crecimiento del patrimonio de los fondos de inversión, que ha
aumentado 41.000 millones de euros, un 26,7 %”.
Lo más llamativo para nosotros
ha sido esta advertencia (pág. 34): “Conviene destacar que el riesgo que asumen
los partícipes en los fondos de inversión es superior al asumido por los
clientes que materializan su ahorro en depósitos bancarios y depende de la
composición de los activos de dichos fondos y de la evolución de su valor. Así,
una caída de las cotizaciones bursátiles, un aumento generalizado de los tipos
de interés en todos los plazos, o incluso, una apreciación del euro pueden
provocar pérdidas de valor a los partícipes de los fondos de inversión. Por lo
tanto, el trasvase de ahorros de los depósitos a los fondos, no puede
considerarse como una mera sustitución de unos por otros, porque su riesgo es
sustancialmente distinto”.
Esto no es ni bueno ni
malo en sí mismo, pues se trata una característica propia de la inversión en fondos.
Lo que nos preguntamos es si los fondos se han comercializado adecuadamente, en
particular, entre los clientes minoristas, y si los inversores son conocedores
de las ventajas y de los riesgos de su apuesta, y se responsabilizan de la misma.
Es posible que más que al Banco
de España, corresponda velar por lo anterior a la Comisión Nacional del Mercado
de Valores. El silencio del supervisor de valores quizá obedezca a que está preparando el “mistery shopping”,
bajo la cobertura de la Ley 5/2015, de 27 de abril, de fomento de la
financiación empresarial y de la reforma de la Ley del Mercado de Valores…
No hay comentarios:
Publicar un comentario