Hace justo un mes, el 26 de enero de 2015, puse en marcha este blog, quizá
sin meditarlo lo bastante, con una primera entrada titulada «El mayor reto del
sistema financiero para 2015», que había publicado previamente, a primeros de
mes, en la Revista de Derecho del Mercado Financiero.
El blog está presidido por la imagen de «El cambista y su mujer»
(1539), de Marinus van Reymerswaele, que se puede contemplar en el Museo
Nacional del Prado. Al margen de consideraciones sobre el papel de los
cambistas y banqueros, y de una visión peyorativa de su tarea, históricamente
caracterizada por la discusión, en primer lugar filosófica, sobre el dinero, el
préstamo, el tipo de interés y la usura, este cuadro transmite con fuerza la
existencia de una técnica y de un saber hacer centenarios.
Este conocimiento secular contrasta con los tiempos frenéticos que nos
ha tocado vivir, en los que la tecnología -que no sirve para neutralizar completamente
la complejidad de la realidad-, la globalización y la integración europea lo
marcan todo. En los diálogos cotidianos del ciudadano medio no es infrecuente
que surjan Twitter, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Central
Europeo.
Estamos persuadidos de que el sistema financiero puede y debe servir
para la mejora de las condiciones de vida de los individuos y de la sociedad que
estos conforman. Nos encontramos igualmente convencidos de que un sistema
financiero en manos de personas que ignoren los resortes y las facultades que
el sistema atesora, y las responsabilidades que como contrapartida asumen, está
condenado a provocar la ruina y el dolor. La crisis financiera de 2008, pero
también las de 1929 o 1907, así lo corroboran.
En este mes de vida se han publicado 31 entradas, algunas de las
cuales se han elaborado ex profeso («Una carta del Banco Central Europeo para
reformar una constitución», «Educación financiera en Japón», «Un sistema
financiero con corazón», «El fin de la Troika y Grecia como excusa», «Teseo en
el laberinto de la regulación financiera», «La naturaleza jurídica de un
memorando de entendimiento», «Redefiniendo las funciones supervisoras del Banco
de España», «El ejercicio de la supervisión bancaria por el Banco Central
Europeo»…).
Otras entradas han servido para recuperar artículos o columnas de
opinión de actualidad publicados previamente en diversas revistas o páginas web,
o bien para dar a conocer trabajos recientes de mayor extensión, como las
concernientes a la crisis de deuda soberana argentina de verano de 2014, que da
cuenta de un artículo publicado por el Instituto Español de Estudios
Estratégicos, o a la diplomacia económica, que sirve para materializar mi
intervención -y ponencia- de noviembre de 2014 en el Foro Para la Paz en el
Mediterráneo.
Se han publicado dos artículos «externos», uno de José María Casasola,
sobre la necesidad de reforzar materialmente la Administración de Justicia
española, y otro de José Antonio Díaz Campos, sobre los préstamos hipotecarios «multidivisa».
Se ha tratado de aportaciones valiosas, pues la primera es hasta la fecha la
más leída del blog, y la segunda es la tercera entrada más popular. Este
espacio está abierto a cualquier otra colaboración de interés y calidad,
equilibrada y respetuosa.
He procurado que las entradas sean comprensibles por no expertos,
partiendo de que, en algunas ocasiones, pueden ser algo duras o áridas, como es
el caso, lo reconozco, de la relativa a la supervisión por el Banco Central
Europeo, o a las menguantes competencias de nuestro Banco de España (a cuyos
orígenes, indirectamente, aludo en el relato «La torre de la catedral»).
De todas formas, uno de los criterios por los que me he guiado ha sido
el de respetar por su prioridad temporal y por su evidente calidad, que
arduamente me veo capacitado para igualar, otros espacios ya consolidados en la
red. En especial, quisiera citar dos blogs que me parecen del máximo interés,
como son, para el Derecho Mercantil, el de Jesús Alfaro, y para el sistema
financiero, en sentido estricto, el de Fernando Zunzunegui. Jesús y Fernando
son para mí auténticos maestros y referencias. Nunca pensé en mi época de
estudiante -primero en la universidad, después en la empresa- que llegaría a
tener algún tipo de contacto con ellos, lo que se ha visto facilitado por las
redes sociales.
No puedo dejar de mencionar otros espacios virtuales, con propensión a
incidir en la realidad, que también me parecen imprescindibles, como son el
blog ¿Hay Derecho?, en el que participo con cierta frecuencia, el Sueño de
Jardiel, de Manuel Conthe, y Nada es Gratis, auspiciado primero por Fedea y ahora
impulsado por la Asociación Nada es Gratis.
El acercamiento del Derecho y la Economía es necesario para tratar de
desentrañar la maraña de relaciones en la que como ciudadanos, contribuyentes y
clientes de entidades financieras nos movemos a diario. En mi experiencia
personal, la universidad estuvo muy alejada de ello, muy alejada.
No sé qué valor real tienen los más de
2.600 accesos contabilizados en el blog en este mes, desde lugares tan dispares
como España, Venezuela, Estados Unidos, Alemania, Bélgica o Reino Unido, entre
otros. Me conformo con saber que a una sola persona le haya podido resultar
útil alguno de sus contenidos.
Por ello, en la medida en que lo
permitan mis compromisos profesionales, académicos y personales, seguiré
nutriéndolo en lo sucesivo con cierta periodicidad, procurando iluminar
aspectos del sistema financiero menos conocidos o menos tratados en otros
foros.
Mi intención era titular el blog,
simplemente, como «Sistema Financiero». Sin embargo, esta denominación ya está
siendo usada por otro bloguero, por lo que aunque este título subsiste
internamente, el blog se llama externamente «todo son finanzas». Es una forma
de tratar de captar la atención y de ocupar una finísima línea, en el mejor de
los casos, en el infinito mundo digital. Sin duda, no todo son finanzas, es una
impostura: las finanzas deben ser un mero medio para la consecución de otros
fines mucho más elevados y nobles.
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