Jonás Fernández, miembro del Parlamento Europeo, ha preguntado por escrito a Danièle Nouy, presidenta del Consejo de Supervisión del
BCE, sobre la consideración de los valores de deuda pública como activos libres
de riesgo y sus implicaciones para la política monetaria y la estabilidad
financiera. La Sra. Nouy reenvío la pregunta, elegantemente, para su respuesta, a Mario
Draghi.
Es evidente, la consideración como activo libre de riesgo de
la deuda soberana tuvo su momento, pero ahora, tras las crisis de deuda
irlandesa y portuguesa, las tensiones de la deuda española e italiana de hace
algunos meses, y las tres reestructuraciones griegas (2010, 2012 y 2015) las
dudas (no tanto las deudas) están justificadas.
Habría que preguntarle a los tenedores de deuda pública
griega si contemplan la posibilidad de que se apliquen quitas sobre sus títulos…
Cada vez son más las voces autorizadas que proclaman la insostenibilidad de la
deuda griega, es decir, la necesidad de rebajarla para que sea viable y el
castigo a la población sea asumible a cambio de los beneficios esperados a
corto y medio plazo.
Incluso, para los mismos acreedores, la opción no es tan
mala, pues más vale percibir algo que nada, además de que ya habrán cobrado, y
seguirán cobrando, jugosos intereses (a mayor riesgo, más rentabilidad), lo que
compensará el quebranto.
Pero hay acreedores que no admiten quebranto, por pequeño que
sea, dada su delicada situación financiera, como pueden ser otros Estados o las
entidades bancarias. Esto conduce a un callejón sin salida, en el que parece
que hay que optar por el mal menor, pues no se puede soplar y absorber a un
tiempo: o se aplican quitas (haircuts) o se perjudica a algunos acreedores muy
perjudicados de por sí.
Esta es la respuesta del Presidente del BCE:
“Le confirmo que en el Comité de Basilea, en el que participa
el BCE, se está llevando a cabo una revisión del actual marco regulatorio
aplicable a las exposiciones soberanas. El buen funcionamiento de los mercados
de deuda soberana es esencial para la actividad de los mercados financieros, la
transmisión de la política monetaria y la valoración del riesgo. En
consecuencia, la discusión sobre posibles cambios regulatorios sigue un enfoque
cuidadoso, gradual y holístico. Las posibles medidas deben someterse a un análisis
muy detenido y coordinarse y evaluarse a escala mundial. Abordar esta cuestión
desde una perspectiva mundial es particularmente importante, debido al alcance
y al impacto de las medidas que se adopten y a la necesidad de un tratamiento
igualitario en los distintos países. La dimensión mundial de esta cuestión reclama
una solución global”.
En septiembre pasado, la Asamblea de las Naciones Unidas
aprobó unos “Principios Básicos sobre Procesos de Reestructuración de Deuda Soberana”, entre los que se recogen el derecho de todo Estado a determinar su
política macroeconómica sin injerencias externas; los deberes de buena
fe/cooperación del deudor y del acreedor; la no discriminación, en general,
entre acreedores; el respeto a las inmunidades de jurisdicción y ejecución; el
respeto a la legalidad por la que se rige la deuda y a lo pactado contractualmente;
el respeto al crecimiento sostenible y la minimización de los costes sociales,
con garantías para la estabilidad financiera y los derechos humanos; la
generalización de las cláusulas de acción colectiva para que las minorías de
acreedores no bloqueen a la mayoría (como
ocurrió, en 2014, en Argentina con los fondos buitre), etcétera.
Algo se mueve, y del riesgo cero de las exposiciones a deuda
soberana, comienza a tomar cuerpo la idea de que la inversión en títulos
soberanos puede abrigar riesgos.
En un mundo en transformación, con 58 billones de deuda
pública en juego a cierre de 2014 (según la consultora McKinsey), con una
Europa y un mundo occidental sobreendeudados, la pertinencia de la pregunta de
Jonás Fernández es patente, a pesar de su excesiva complejidad, al asociarla a
la estabilidad financiera y la política monetaria.
Sobre todos estos temas, en general, a propósito de Grecia,
en particular, traté el pasado día 11 de noviembre en las IX Jornadas de
Seguridad, Defensa y Cooperación, organizadas en Málaga por el Foro para la Paz
en el Mediterráneo.
En breve entregaré mi ponencia (“La crisis de deuda griega:
repercusiones para Europa y el Mediterráneo”) para su publicación en el libro de
actas de las Jornadas, y la difundiré a través del blog.
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