La sentencia del
Tribunal Supremo de 9 de mayo de 2013, sobre la cláusula suelo, se ha ganado un
lugar en nuestra historia judicial y en la de la litigación bancaria, por lo
que será largamente recordada.
El Tribunal Supremo confirmó
a través de dicha sentencia la validez general de esta controvertida cláusula que
se incorpora en los contratos de préstamo hipotecario a tipo variable e impide
al prestatario beneficiarse plenamente de la bajada del índice de referencia, aunque
sujetándola al cumplimiento de unos exigentes requisitos de transparencia,
amparados, en último término, en la Directiva 93/13/CEE y en la crecientemente
importante doctrina del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
En las nuevas
contrataciones no es frecuente que aparezca la cláusula suelo (con la
contrapartida del previsible aumento de los diferenciales) pero no podemos
olvidar que esta se halla inserta en los contratos de préstamo hipotecario, de
larga duración por definición, formalizados en los años de una euforia de la
que no escaparon, cada uno en su medida, ni las entidades de crédito ni sus
clientes ni las administraciones públicas.
La sentencia de 2013,
que resolvió una acción colectiva de cesación, no fue capaz de zanjar algunas
cuestiones cardinales, como los efectos asociados a la declaración de nulidad,
en especial, su posible eficacia retroactiva. La preservación del polémico
«orden público económico» sirvió para que se dictaminara que la declaración de
nulidad carecía de efectos retroactivos.
La sentencia del Supremo
de 8 de septiembre de 2014 despertó interés, pues se consideró que dirimiría
esta cuestión de la devolución de cantidades relacionada con las acciones
individuales, pero, dado que no se planteó por la parte, la Sala no se pudo
pronunciar acerca del efecto restitutivo. La cuestión se parece haber zanjado
con la sentencia del Tribunal Supremo de 25 de marzo de 2015, que confirma para
las acciones individuales la doctrina de la de 9 de mayo de 2013 para las
colectivas, determinando que los efectos restitutivos, en el mejor de los
casos, se producirán a partir de esta última fecha.
En este libro se
analiza por diversos autores, cada uno especializado en un ámbito específico,
la cláusula suelo, procurando aportar todos los elementos necesarios para el
debate.
La obra se centra en
consideraciones jurídicas y jurisprudenciales, pero no da de lado a la visión
financiera y a la económica, de forma accesible para no especialistas.
Con esta segunda
edición se ha actualizado la obra en su conjunto, y se ha prestado especial
atención a las sentencias del Tribunal Supremo de 8 de septiembre de 2014 y de
24 y 25 de marzo de 2015. Se ha añadido, además, un capítulo específico sobre
la tributación asociada a la declaración de nulidad, que puede acarrear, en
algunos casos, desagradables sorpresas para los vencedores de los pleitos
civiles.
Para los lectores más
relacionados con el foro, se incorporan diversos formularios procesales y se da
cuenta de la jurisprudencia menor más reciente.
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