En
este artículo se bosquejan las principales características sociales y
económicas de la España de comienzos del siglo XVII. Posteriormente, se alude a
la formación de los grandes centros de intercambio comerciales y financieros
europeos, bajo cuyo cobijo surgieron los mercaderes-banqueros, para concluir
señalando el modo en que la asociación de una parte de estos con los soberanos,
con Felipe II, en concreto, provocó que una reducida parte de ellos dejara de
centrarse en el tráfico mercantil para prestar todas su atención a la
negociación de dinero y activos financieros al servicio de la maquinaría
estatal, adquiriendo la condición de “hombres de negocios”.
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